Cambio climático, transición energética, incremento del consumo energético… Por todos estos motivos, la gestión energética en edificios se ha convertido en un pilar fundamental para afrontar los retos y necesidades actuales en el sector residencial.
En este contexto, aplicar las estrategias adecuadas permite mejorar la eficiencia energética, reducir costes y avanzar hacia un modelo basado en energía limpia y renovable, una oportunidad clave para disminuir la huella de carbono de nuestras ciudades.
En NESS contamos con más de 10 años de experiencia en la gestión energética residencial, gestionando actualmente más de 10.000 viviendas en más de 100 Comunidades de Propietarios en la Comunidad de Madrid y otras zonas cercanas a nuestra implantación.
A diferencia del modelo tradicional sin gestor energético, la actividad de NESS permite sacar el máximo partido a los recursos energéticos de las instalaciones centralizadas de las viviendas, convirtiéndolas en comunidades eficientes.
Nuestro alcance de servicios incluye la gestión completa de las instalaciones y el suministro de energía térmica a los vecinos, incluyendo:
- Optimización de la compra de energía primaria.
- Operación y mantenimiento de las salas de producción.
- Supervisión técnica de las instalaciones.
- Informes de seguimiento energético.
- Gestión remota de las instalaciones.
- Lectura de contadores.
- Gestión de incidencias 24/7 todos los días del año.
- Consultas y emergencias sobre las instalaciones generales y particulares.
Soluciones de eficiencia energética compatibles con la gestión energética
La gestión energética permite integrar distintas actuaciones o intervenciones de mejora de la eficiencia energética en los edificios, como por ejemplo:
Rehabilitación energética
Una vivienda que no retiene el calor es como una «caja agujereada». Por ello, la rehabilitación energética de edificios debe priorizar el aislamiento para reducir las pérdidas de energía. ¿Qué permitirá? Minimizar la demanda de calefacción, mejorando el confort interior y la sostenibilidad del inmueble.
El cambio de ventanas es el primer paso para mejorar los indicadores energéticos, otra opción son los Sistemas SATE o fachadas ventiladas para la mejora de la eficiencia sin reducir el espacio interior.
Sistemas de calefacción y ACS (Agua Caliente Sanitaria)
El siguiente paso consiste en mejorar la eficiencia energética de los sistemas de generación, pues la producción de calefacción y ACS supone uno de los mayores porcentajes, por no decir el mayor, del consumo energético residencial.
La combinación más eficiente surge de la unión entre el sistema de aerotermia y suelo radiante, pues éste trabaja a baja temperatura optimizando el rendimiento de las bombas de calor.
Energías renovables
La rehabilitación energética de estos tiempos ya no solo busca ahorrar, sino producir de manera eficiente y sostenible. La instalación de paneles solares fotovoltaicos permite que los edificios pasen de ser consumidores pasivos a prosumidores activos al generar energía in situ. Además, el uso de energías renovables mejora significativamente los indicadores y la calificación energética de los edificios, llevándonos así al siguiente punto.
Etiquetado y calificación energética
Todas las actuaciones mencionadas anteriormente permitirán mejorar el rendimiento energético del edificio, reduciendo además el impacto ambiental y aumentando el valor el inmueble.
La calificación energética (de la A a la G) no es solo un trámite administrativo; es la hoja de ruta que nos indica dónde estamos y cuánto camino nos queda para alcanzar la excelencia en energías renovables y gestión eficiente de los edificios.
Un claro compromiso social
En definitiva, una correcta gestión energética permite reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, contribuyendo a la lucha contra el cambio climático y a la protección del medio ambiente.
Además, la mejora del parque edificado tiene un fuerte compromiso social, ya que ayuda a disminuir la pobreza energética y mejorar la calidad de vida de las personas.
4 ventajas de la gestión energética en edificios
- Ahorro económico: por la reducción directa en las facturas de suministros mensuales.
- Confort térmico: debido a la eliminación de humedades, condensaciones y corrientes de aire, entre otras cuestiones.
- Valor del inmueble: un mejor etiquetado energético aumenta el valor de mercado de la propiedad.
- Impacto ambiental: al contribuir de forma directa a la lucha contra el cambio climático.
