La transición hacia la movilidad eléctrica no es solo una tendencia, sino una necesidad estratégica y legal para las empresas. Instalar puntos de recarga para vehículos eléctricos (IRVE) en sus instalaciones ofrece un amplio abanico de ventajas que van desde el estricto cumplimiento normativo hasta un significativo ahorro económico y una potente mejora de la imagen de marca.
Cumplimiento normativo
Es una cuestión fundamental para evitar así sanciones y poder acceder a ayudas.
En este sentido, en España la normativa obliga a dotaciones mínimas de recarga en aparcamientos adscritos a edificios de uso distinto al residencial que tengan más de 20 plazas con una estación por cada 40 plazas (hasta 1.000 plazas) y reglas para tramos superiores. Esto es de aplicación nacional gracias al Real Decreto-ley 29/2021.
Al mismo tiempo, existen normas técnicas que regulan cómo deben diseñarse esas instalaciones (ITC-BT-52 del Reglamento Electrotécnico de Baja Tensión) y requisitos metrológicos para estaciones de carga (Orden ITU/1475/2024). Ambas cuestiones de relevancia para estar al día en aspectos normativos.
Ahorro económico y energético
En este punto, las empresas pueden beneficiarse además de este hecho realizando el cambio de sus vehículos de combustión a eléctricos (VE), recargando en las instalaciones lo que supondría un ahorro considerable. Al mismo tiempo, gestionando la recarga durante las horas valle (generalmente por la noche), el coste de electricidad es más bajo por lo que el ahorro es todavía mayor.
Además, empresas ubicadas en centros comerciales o supermercados pueden establecer una tarifa de pago por uso, transformando el IRVE en una nueva forma de negocio. Esto, sumado al acceso a subvenciones y bonificaciones (como el plan MOVES) ayudan a reducir la inversión inicial.
Atracción y retención de talento y clientes
Ofrecer recarga gratuita o a bajo coste es un poderoso incentivo laboral y de conciliación, no solo para el empleado sino también para inversores, clientes o proveedores con afluencia por las instalaciones de la empresa en cuestión. El empleado o cliente puede «repostar» mientras trabaja o realiza una visita, eliminando la necesidad de buscar alternativas fuera de su jornada.
Al mismo tiempo, la electrificación es un elemento tangible de la política ESG o de RSC de la empresa, mejorando así la relación con los stakeholders y siendo un factor diferencial frente a otras empresas.
NESS, expertos en la instalación de puntos de recarga para VE
En definitiva, disponer de puntos de recarga para vehículos eléctricos es ya una ventaja competitiva y, en muchos casos, una obligación legal. Además del cumplimiento normativo, las empresas obtienen ahorro energético, mejor imagen y nuevas oportunidades de negocio.
En NESS contamos con más de 10 años de experiencia llevando a cabo proyectos relacionados con soluciones energéticas como esta, además de muchas otras, en todos sus rangos de potencia, incluidos ultra-rápidos (+150 kW en DC).
Nuestra experiencia nos ha permitido instalar estos puntos de recarga en empresas de todo tipo, como laboratorios farmacéuticos u oficinas, y comunidades de propietarios para poder poner en valor esos espacios y aprovechar las ventajas que aportan en el día a día.
Para finalizar, son más de 300 las empresas que cuentan con nosotros para la instalación de estas soluciones y otras como marquesinas fotovoltaicas, gestión de la energía, CAEs, cálculo de huellas de carbono, movilidad sostenible, climatización eficiente, etc.
