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Un sistema de gestión energético implantado puede evitar la auditoría energética obligatoria

Actualmente, y en respuesta al cumplimiento del Real Decreto 56/2016, existen dos metodologías que cubren las exigencias del real decreto y que permiten obtener, no solo el cumplimiento de las exigencias sino la mejora cuantitativa de los recursos energéticos.

Lo primero para tomar la mejor decisión para tu empresa, es tener claro lo que significa cada concepto, lo que implica y qué beneficios te puede reportar cada uno.

Una Auditoría Energética es una herramienta muy importante basada en la experiencia del equipo auditor, aplicada a las instalaciones objeto de estudio con el objetivo de encontrar deficiencias y proponer medidas de ahorro energético que procuren un consumo más eficiente de las instalaciones. Esta práctica consiste en analizar y evaluar el uso energético que se realiza en las empresas de forma que se puedan detectar ámbitos de mejora a implantar en los años sucesivos, consiguiendo así poco a poco optimizar los recursos energéticos que por necesidades de la producción son requeridos. Conocer la situación exacta de la que parte tu empresa es imprescindible para descubrir qué aspectos reforzar y cuáles modificar para poder avanzar.

Un Sistema de Gestión Energética (SGE) es un conjunto de herramientas basadas en un protocolo estandarizado y apoyadas por un software de gestión que permite supervisar, controlar y optimizar el consumo energético de una empresa. Para que el SGE sea realmente válido y evite la realización de las Auditorías Energéticas cada cuatro años, debe implantarse y ser acreditado y certificado bajo los estándares europeos en materia de eficiencia energética.

Desde NESS proponemos basar el sistema de gestión según la Norma ISO 50001 que es la norma de gestión de la energía en el ámbito empresarial por excelencia. Facilita la implantación de una política energética y la gestión de las instalaciones, servicios, etc.

La realización o implantación de cualquiera de ellas otorga a la organización grandes ventajas en materia de ahorro y optimización de recursos energéticos.

Auditorías Energéticas: punto de partida necesario para conocer nuestra situación

La realización de las Auditorías Energéticas son un punto de partida necesario para conocer nuestra situación actual y poder planificar y ejecutar acciones de mejora para cambiarla. A pesar de ser algo obligatorio como indica el RD 56/2016, las auditorías nos permiten detectar las principales ineficiencias de nuestras instalaciones y evaluar el ahorro que la implantación de esos cambios supondrá en nuestra empresa. Algunas de las más comunes son la implantación de la tecnología LED en la iluminación, ajuste de sistemas de producción HVAC, cambio de equipos de producción, implementación de sistemas de generación de origen renovable…

Para evitar que el estudio inicial se convierta en una ‘fotografía temporal’, se recomienda la implantación de un Sistema de Gestión Energética basada la Norma 50001. Podría compararse a la realización constante de una Auditoría Energética, y donde gracias a la monitorización y análisis continuo y pormenorizado de todos los sistemas, se consiguen importantes ahorros en las cuentas de la empresa y un gran volumen de emisiones evitadas a la atmósfera que procuran un ahorro directo en la huella de carbono.

Gracias a la implementación de un Sistema de Gestión Energética es posible detectar de forma directa usos indebidos de los sistemas energéticos o malas prácticas que se pueden mejorar sin necesidad de invertir más allá de la implantación del propio sistema.

Además de los aspectos económicos y ambientales que existen, la implementación de un SGE procura una mejora sustancial de la imagen de la empresa de cara a sus clientes, posicionándose claramente a favor de una política de empresa favorable al medio ambiente, y por lo tanto, a la realidad que vivimos.

Por todo esto, dado que las empresas están obligadas a realizar como mínimo la Auditoría Energética, los múltiples beneficios que reporta a las mismas ir más allá de esos mínimos, hace que sea muy recomendable la implantación de un Sistema de Gestión Energética según la Norma ISO 50001.

Artículo publicado en El Instalador

 

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